Saturday 25 August 2007

el gabinete movil


mi cabeza es el gabinete móvil en el que guardo biombos mecánicos, manivelas prodigiosas, barro de calles lluviosas en lugares inhóspitos. cinemas solitarios y rótulos negros y rojos con poéticas sobre harlem, la vida, los cyborgs, el mar, los niños y rostros de demonios que saben lo esencial de mí, que soy una perdida sin flores ni estrellas para la exaltación naif. me como la diéresis y el epíteto con pausada neurosis: así el deletreo de la palabra secreta es la alegría loca. y la angustia es un árbol con las raíces húmedas que en una esquina del gabinete está oculto de las miradas impertinentes. ah irónica paradoja, porque también soy impertinente y antiparabólica, como tú que pasas por aquí con tu robot en la mente, como ser parlante que cuida su ilógica en el chip de una construcción imaginaria. eres el delirio que pasa por el gabinete móvil, eres la conjunción de mis deseos trastocados.
¡draaaaamm! eres el sonido de una conspiración que conocemos algunos errabundos, en este mundo de epígrafes simbólicas, con la erótika rasgada en el sexo. deliberación física de la piel erigida como salida a la escena virtualmente infinita. y no hay vigilantes en el gabinete móvil, porque hace tiempo que maté a mis cancerberos en un gesto de animal hastiado. no, no he de mentir ni taparme la cara: algún vigilante se esconde. morirá por inanición en el gabinete, apenas iracundo cuando fenezca, y no gritaré, sé que no gritaré. por eso en las noches sueño con los compartimentos del gabinete móvil, siendo mi cabeza el espacio de los sueños en la controversia suprarreal, donde caben seres prehistóricos, y ninguna historia de monarcas y esclavos. donde caben el rugido de un bisonte y el trino de un ruiseñor, prados y rascacielos, naves espaciales, veranos sin adioses ni papalotes rotos. podría decir que el gabinete móvil es como una galaxia, y sólo soy capaz de hablar de cárceles destruídas,
la máquina sentimental cayéndose en algún lugar del gabinete, recomponiéndose para tomar al cuerpo y posesionarse en su alma de anarca vituperada en días turbios cuando ian curtis se aproximaba a su partida y el mundo se convertía en una corporación de extraviados sin retorno. el gabinete móvil es mi cabeza que no busca nada entre el bólido tiempo y tu cabeza cansada de monstruos vestidos de corderos, en la vuelta urbana sin lema alguno para el viaje. aquel bosque soñado está en el gabinete móvil, resplandece y se oscurece alternadamente como una canción de amor kamikaze. o es esa canción, y ahora lo sé.
también es otra que desconozco, como tú que sabes de solecismos y conversaciones enigmáticas y nada de sónicas lánguidas.lo dije cuando no estabas aquí: mi cabeza es un gabinete móvil, con infinidad de canciones. tú eres una canción que guardo en el bosque, allá en la más alta rama dorada del gran árbol.
mi cabeza es un gabinete móvil. quería decírtelo.


escrito por rain(v.m.t) junio de 2007. lima-perú.

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